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martes, 2 de septiembre de 2014

El caso Pujol. Cuando el periodismo deja de ser periodismo


   


    El respeto por una profesión viene de sí misma. Y a veces se da el caso de que la gente vilipendia, descalifica y amonesta al periodismo por ignorancia o por hartazgo o por desinformación; pero otras muchas, somos los propios periodistas (en ejercicio, en el paro, en la reserva o en las aulas) los que no ponemos en valor el oficio. Cada día que pasa y nos empeñamos en indentificar con periodismo, cotilleos de corrala sobre gente sin más, o nos convertimos en servidores del poder (a cualquier nivel y en cualquier institución) estamos matando al periodismo. 

          De sobra queda decir que la percha informativa de esta entrada es el escándalo sobre la evasión fiscal durante 30 años que Jordi Pujol  reconoció. La pregunta que cabe hacerse ahora es: ¿Dónde han estado los perros guardianes durante todo ese tiempo? ¿Qué clase de carne estaban comiendo para dejar escapar semejante presa? Si en 30 años ningún periódico, periodista independiente, radio, televisión o persona decente sin más ha sabido ver y denunciar lo que ocurría en Cataluña, que nadie hable de crisis de periodismo. Porque la crisis (ya no se sabe si económica, de modelo de negocio o de decencia) que sufren los medios en la actualidad "comenzó" hace 13 años. ¿Y qué hicieron antes? Señalar a La Vanguardia, Avui, El Periódico de Catalunya, El País, El Mundo... puede parecer injusto; pero es más injusto, frustrante e irritante pensar que todos ellos se plegaron a los deseos de un gobierno o de una causa como la independentista. La impunidad y la corrupción que reinan en España tiene muchos responsables, pero especialmente los medios que pudiendo saber lo que ocurría o sabiéndolo de mano, optaron por guardarlo en la nevera para "otra ocasión".  Se sometieron al servicio de los poderosos y los ciudadanos confiamos en medios corrompidos. No hay duda de que hay muchos profesionales decentes, pero los intereses políticos y económicos de las empresas han cerrado bocas y llenado muchos bolsillos, nadie sabe ya si al 3% o al 33%. La prensa amordazada es propia de las dictaduras y está claro que en Cataluña ha imperado la dictadura del silencio (ahora hay que descubrir qué se daba a cambio)

      Todo esto hace pensar que es necesario un nuevo periodismo. Una regeneración de las empresas, de los esquemas mentales y de las formas de hacer y sentir la profesión. En esta primera semana de septiembre muchos alumnos entran en las aulas de las facultades de comunicación dispuestos a formarse por ser los periodistas del mañana, para ser contadores de las pequeñas historias con grandes valores; los comentaristas, escritores, columnistas e investigares que orienten a los ciudadanos en este entorno incierto que es la democracia. Sin embargo, el vacío y ejemplo que está dejando la prensa española en ciertos lugares no parece muy motivador, aunque muestra también la gran OPORTUNIDAD.

       John Milton defendió ante el parlamento inglés en 1644 la necesidad de una prensa libre. Su Aeropagítica ha pasado a la historia como uno de los grandes textos en defensa de la libertad de expresión e información. En el s. XVIII, Edmund Burke dijo del Periodismo (con mayúsculas) que era el cuarto poder y Walter Lippman definió en 1922 el papel de la prensa como "el de ser en cierto modo servidor y guardián de las instituciones". Que estas ansias de libertad sean nuestro motor; que esas ganas de servir vuelvan a las redacciones. Porque los ciudadanos lo piden y hay profesionales ansiosos dispuestos a ello. 

  

lunes, 17 de febrero de 2014

Google y los contenidos digitales

Mucho se viene hablando estos días sobre la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual en España.  (En este Storify se puede encontrar mucho de lo publicado). Este debate llega tarde, como siempre. En un país marcado por la cultura de la subvención, parece que el sector de los periódicos tampoco se quiere librar de la lacra que supone. Me gusta ese axioma económico que tan certeramente recordaba Enrique Dans hace ya dos años: "subvencionar a los participantes de una industria, reduce los incentivos para adaptarse, para cambiar". Ahí está la cuestión de fondo del debate y las estrategias defensivas contra el entorno seguidas por los periódicos. 

El entorno digital es mediado por definición. Compartir el enlace de un contenido en Facebook, Twitter, Instagram... o que éste sea compartido por agregadores como Menéame, Divúlgame, o Bitácoras entre otros, es parte esencial del negocio de los medios en internet. A nadie se les escapa que estas son fuentes de tráfico masivo para los sitios web, y en la cantidad de visitas que reciben, se van buena parte de los ingresos publicitarios de los medios. Mucho se está hablando también, de la posibilidades que tienen los medios de no ser enlazados o compartidos por estos sitios web. Basta con decirlo o simplemente añadir el término NO INDEX o similares

¿Dónde se sitúa el debate? (Vara y Díaz-Espina, 2013)


El problema sigue siendo el mismo: pensar que internet es el enemigo a batir y no verlo como el contexto en el que se trabaja. No es algo que va a llegar; es algo que ya está aquí y quien no abrace el cambio, morirá. En el fondo, abrazar el cambio implica atender a las demandas de los usuarios, conocer sus nuevos hábitos de consumo y adaptar los contenidos a esta realidad. Tampoco cabe pensar en generar ingresos (el último eslabón de la cadena) sin pensar antes en toda la ingeniería del producto, y con ello de la compañía: personal, equipos, procesos, posibles alianzas estratégicas para la elaboración de contenidos o desarrollar nuevos productos, etc. 

La elaboración de contenidos es algo muy costoso, y por supuesto que ha de tener un valor en el mercado. Ahora bien: sean valientes y hagan una estrategia de cobros por contenidos digitales conjunta. Numerosos estudios avalan que las audiencias están dispuestas a pagar por contenidos exclusivos y valiosos, que no se puedan encontrar gratis y con valor añadido para las audiencias. También hay estudios sobre la relación entre los diarios impresos y los digitales. Es cuestión de aplicar y arriesgar. En España tenemos dos kioscos digitales, una muestra más de la polarización de los medios. Pensar las estrategias empresariales, puede implicar también superar las barreras ideológicas. En otros países ya se están manejando otros términos y estrategias acordes con el contexto digital, por ejemplo"branding journalism"es el nuevo mainstream: marca de referencia en múltiples dispositivo, adaptando los contenidos. Si las marcas son fuertes, con atributos como fiabilidad, veracidad, investigación, rigor, exclusividad, investigación, etc. reconocidos por las audiencias, no hay que temer el entorno. Cabe pensar que los medios españoles saben de la debilidad de sus intangibles y es complicado replicar los modelos seguido por diarios como The Wall Street Journal o The New York Times. Parecen que empiezan a asomar aquí "otros problemas" más profundos que el mero "tasazo"...

viernes, 5 de octubre de 2012

Twet to tweet para El País




 
Pasar hoy sin hacer una mención al ERE de El País sería egoísta  Reflexionar sobre la creación de valor de los contenidos sin tener en cuenta la importancia de los recursos humanos en las compañías de medios, es hablar de lo contingente y no de lo importante; de la forma y no del contenido.

Si por algo se caracteriza el sector de la comunicación es por integrar empresas que generan bienes de talento, en donde los profesionales ponen su creatividad y habilidades al servicio de la sociedad. Cabe subrayar que en el caso de los periodistas, suelen llegar a estrechar lazos personales con las audiencias, especialmente desde que Twitter se creó.  Ahora las relaciones han pasado del "face to face" al "tweet to tweet". Pero esta relación que los públicos valoran y quieren no la hacen buscadores o máquinas, sino personas. Y de hecho, muchos periodistas se han convertidos en marcas dentro de sus medios.  

Tras el anuncio del expediente de regulación que el grupo Prisa llevará a cabo, se ha desencadenado una ola de apoyo a los profesionales del medio desde las redes sociales. Basta con leer el tweet que el periodista Carlos E. Cue puso en su perfil. Desde entonces, las muestras de ánimo no han cesado. Personas que se preoucpan por personas concretas, no por marcas, ni soportes ni por contenidos. 

El principal valor de los medios son sus profesionales porque sin ellos no habría periodismo, ni creatividad, ni ficción para los públicos. Si de esto no se dan cuenta las empresas, no vale de nada quebrarse la cabeza pensando en un modelo de negocio que les haga sostenibles. 

jueves, 4 de octubre de 2012

Periódicos digitales: ¿Cuestan lo que valen?





¿Los diarios digitales cuestan cero porque su propuesta de valor es 0? Últimamente se está debatiendo mucho sobre el valor de los contenidos en Internet. 
A la hora de plantearse el punto de vista económico y empresarial de los medios, cabe detenerse un momento en la propuesta de valor que estos ofrecen a sus audiencias. Siguiéndo a los autores de interesantes teorías de creación de modelos de negocio Osterwalder y Pigneur, podemos preguntarnos algunas cuestiones sobre el valor de los contenidos. 

-  ¿Qué valor proporcionamos a nuestros clientes (en nuestro caso, audiencias)?
- ¿Qué problema de nuestra audiencia ayudamos a solucionar?
- ¿Qué necesidades de información satisfacemos a nuestros lectores?
- ¿Qué paquete de productos y servicios ofrecemos a cada segmento del mercado?

La creación de valor ha pasado a estar en el centro del debate sobre el pago por contenidos en Internet. Desde la academia, autores como Robert Picard han hablado mucho sobre esto. Apunta  a que el verdadero problema de las compañías de medios es que han intentado vender productos del siglo XIX y XX en pleno siglo 21. 
A lo largo de las próximas entradas iré reflexionando sobre esta cuestión y enlazando artículos que me parecen interesantes. Pero sobre todo, me gustaría tener feedback de gente de la profesión, así que vuestros comentarios serán siempre bien recibidos.