lunes, 17 de febrero de 2014

Google y los contenidos digitales

Mucho se viene hablando estos días sobre la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual en España.  (En este Storify se puede encontrar mucho de lo publicado). Este debate llega tarde, como siempre. En un país marcado por la cultura de la subvención, parece que el sector de los periódicos tampoco se quiere librar de la lacra que supone. Me gusta ese axioma económico que tan certeramente recordaba Enrique Dans hace ya dos años: "subvencionar a los participantes de una industria, reduce los incentivos para adaptarse, para cambiar". Ahí está la cuestión de fondo del debate y las estrategias defensivas contra el entorno seguidas por los periódicos. 

El entorno digital es mediado por definición. Compartir el enlace de un contenido en Facebook, Twitter, Instagram... o que éste sea compartido por agregadores como Menéame, Divúlgame, o Bitácoras entre otros, es parte esencial del negocio de los medios en internet. A nadie se les escapa que estas son fuentes de tráfico masivo para los sitios web, y en la cantidad de visitas que reciben, se van buena parte de los ingresos publicitarios de los medios. Mucho se está hablando también, de la posibilidades que tienen los medios de no ser enlazados o compartidos por estos sitios web. Basta con decirlo o simplemente añadir el término NO INDEX o similares

¿Dónde se sitúa el debate? (Vara y Díaz-Espina, 2013)


El problema sigue siendo el mismo: pensar que internet es el enemigo a batir y no verlo como el contexto en el que se trabaja. No es algo que va a llegar; es algo que ya está aquí y quien no abrace el cambio, morirá. En el fondo, abrazar el cambio implica atender a las demandas de los usuarios, conocer sus nuevos hábitos de consumo y adaptar los contenidos a esta realidad. Tampoco cabe pensar en generar ingresos (el último eslabón de la cadena) sin pensar antes en toda la ingeniería del producto, y con ello de la compañía: personal, equipos, procesos, posibles alianzas estratégicas para la elaboración de contenidos o desarrollar nuevos productos, etc. 

La elaboración de contenidos es algo muy costoso, y por supuesto que ha de tener un valor en el mercado. Ahora bien: sean valientes y hagan una estrategia de cobros por contenidos digitales conjunta. Numerosos estudios avalan que las audiencias están dispuestas a pagar por contenidos exclusivos y valiosos, que no se puedan encontrar gratis y con valor añadido para las audiencias. También hay estudios sobre la relación entre los diarios impresos y los digitales. Es cuestión de aplicar y arriesgar. En España tenemos dos kioscos digitales, una muestra más de la polarización de los medios. Pensar las estrategias empresariales, puede implicar también superar las barreras ideológicas. En otros países ya se están manejando otros términos y estrategias acordes con el contexto digital, por ejemplo"branding journalism"es el nuevo mainstream: marca de referencia en múltiples dispositivo, adaptando los contenidos. Si las marcas son fuertes, con atributos como fiabilidad, veracidad, investigación, rigor, exclusividad, investigación, etc. reconocidos por las audiencias, no hay que temer el entorno. Cabe pensar que los medios españoles saben de la debilidad de sus intangibles y es complicado replicar los modelos seguido por diarios como The Wall Street Journal o The New York Times. Parecen que empiezan a asomar aquí "otros problemas" más profundos que el mero "tasazo"...